Cuando el arte ancestral dialoga con los titanes del pasado: el hallazgo que une a los humanos prehistóricos con los dinosaurios en Brasil

Troiano, L.P., et al, Science Reports (2024)


En el árido corazón del noreste brasileño, una región marcada por el sol abrasador y la vegetación espinosa de la Caatinga, un descubrimiento reciente ha puesto en jaque las cronologías tradicionales de la arqueología y la paleontología. En el sitio conocido como Serrote do Letreiro, ubicado en el estado de Paraíba, investigadores han identificado un fenómeno sin precedentes: grabados rupestres humanos de hasta 9.000 años de antigüedad ubicados a escasos centímetros de huellas fósiles dejadas por dinosaurios que habitaron la Tierra hace más de 66 millones de años.

Este hallazgo, presentado por un equipo interdisciplinar de científicos brasileños en la revista Scientific Reports, no es solo un caso asombroso de proximidad entre restos de eras tan distintas, sino también una posible muestra de interacción simbólica entre los primeros seres humanos de América del Sur y el registro fósil preexistente. Lo que al principio podría parecer una coincidencia geológica, adquiere matices mucho más profundos: los antiguos pobladores del lugar no solo identificaron las huellas, sino que, posiblemente, les otorgaron un significado cultural o espiritual, inscribiendo en la piedra su propia visión del mundo.

El Serrote do Letreiro: un cruce de tiempos

Localizado a unos pocos kilómetros del célebre Valle de los Dinosaurios, el Serrote do Letreiro es una formación rocosa discreta pero cargada de historia. Allí, decenas de grabados rupestres —motivos geométricos, patrones circulares y figuras abstractas— fueron identificados en estrecha proximidad a pisadas fósiles de dinosaurios carnívoros (terópodos) y herbívoros de gran tamaño (saurópodos). Algunas de estas huellas, especialmente las tridáctilas, se asemejan notablemente a las de aves actuales, como el ñandú (Rhea americana), lo cual podría haber servido de inspiración visual para los antiguos grabadores.

Lo destacable no es únicamente la cercanía espacial, sino la disposición cuidadosamente planificada de los petroglifos: en varios casos, los símbolos parecen rodear las huellas, generando un patrón que sugiere intención, respeto y quizá ritualidad. A diferencia de lo que ocurre en otros yacimientos, aquí no hay evidencia de daño a las pisadas fósiles, lo que refuerza la idea de que los antiguos habitantes comprendieron que esas marcas en la roca tenían un valor especial, aunque su origen les resultara desconocido en términos científicos.

Una visión ancestral del mundo natural

El equipo liderado por el arqueólogo Leonardo Troiano plantea una hipótesis fascinante: para los grupos humanos que habitaron esta región entre 9.400 y 2.600 años antes del presente, las huellas de dinosaurios no eran un simple accidente geológico, sino parte del paisaje simbólico. En un tiempo donde la frontera entre lo natural y lo sobrenatural era difusa, es probable que estas marcas hayan sido interpretadas como rastros de criaturas míticas, signos de entidades espirituales o incluso puertas a otros mundos.

Esta interpretación cobra fuerza si se consideran otros contextos arqueológicos de la región. En el noreste brasileño, existen múltiples sitios donde las poblaciones prehistóricas dejaron inscripciones rupestres siguiendo patrones similares. Esta continuidad gráfica y simbólica sugiere que había una red de conocimientos compartidos entre grupos seminomádicos de cazadores-recolectores, que utilizaban el grabado como una forma de narrar, recordar y ritualizar el entorno que habitaban.

En el Serrote do Letreiro, esta práctica parece haber alcanzado una de sus expresiones más complejas: la incorporación de un elemento prehumano —las huellas fósiles— como parte activa del discurso visual. Así, los artistas antiguos no solo inscribieron sus propios signos, sino que también dialogaron con las marcas del tiempo profundo, convirtiendo al cerro en una especie de “santuario del tiempo”, donde el pasado geológico y el presente humano se entrelazaban.

Conservación y urgencia

A pesar de su singularidad, el yacimiento se encuentra en estado de vulnerabilidad. La erosión natural, el paso de animales, el vandalismo y la ausencia de medidas de protección han provocado la pérdida parcial de muchos grabados. Algunos paneles muestran desprendimientos en forma de capas, lo que los investigadores han denominado “efecto piel de cebolla”, en el que los grabados más superficiales desaparecen con el colapso de la roca. La fragilidad del entorno y la falta de atención institucional han llevado al equipo científico a solicitar con urgencia la protección del sitio, tanto como patrimonio arqueológico como paleontológico.

Este pedido cobra aún más fuerza si se considera que en el Serrote do Letreiro se concentra una de las pocas evidencias en el mundo de una interacción espacial —y posiblemente simbólica— entre humanos prehistóricos y restos fósiles de dinosaurios. No se trata simplemente de proteger un conjunto de petroglifos, sino de preservar un capítulo entero de la historia humana en América del Sur, uno que revela cómo las primeras comunidades interpretaron su realidad a través de lo que hoy entendemos como ciencia, pero que entonces era parte de un universo profundamente espiritualizado.

Reescribiendo el origen de la interpretación fósil

El hallazgo en Brasil cuestiona la idea de que los fósiles solo comenzaron a adquirir significado con el nacimiento de la paleontología en el siglo XVIII. Al contrario, este descubrimiento sugiere que las culturas antiguas ya eran capaces de identificar, valorar e incorporar al mundo simbólico las huellas de criaturas desaparecidas. Sin conocer el concepto de extinción o de eras geológicas, estos pueblos supieron leer el paisaje como un texto donde cada piedra, marca o figura tenía un mensaje que debía ser interpretado y compartido.

Este tipo de evidencia arqueológica pone en valor la inteligencia cultural de las sociedades originarias, demostrando que la interpretación del pasado no es exclusiva del método científico moderno. En la piedra, con herramientas rudimentarias pero con un profundo sentido de conexión con la naturaleza, aquellos humanos dejaron constancia de una visión del mundo que aún hoy nos sorprende por su sensibilidad y complejidad.


El Serrote do Letreiro es mucho más que un punto geográfico. Es un cruce de tiempos y significados donde los rastros de gigantes extintos fueron contemplados, comprendidos e incorporados al arte humano por civilizaciones que no tenían mapas ni fósiles, pero sí una percepción profunda del misterio del entorno. Su preservación no es solo una responsabilidad científica, sino un deber cultural. En cada trazo, en cada huella, se manifiesta una lección ancestral: el pasado no se limita a lo que fue, sino a cómo decidimos recordarlo e interpretarlo.

Referencias ⬇️ 

Troiano, L.P., et al. (2024). Prehistoric rock art adjacent to dinosaur tracks in northeastern Brazil. Scientific Reports. 

https://www.nature.com/articles/s41598-024-56479-3



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