El cerebro humano no deja de renovarse: un hallazgo revolucionario reescribe lo que sabemos sobre la neurogénesis adulta
Foto de Anna Shvets/Pexels
Durante décadas, la neurociencia sostuvo una creencia casi dogmática: el cerebro humano dejaba de producir nuevas neuronas poco después del nacimiento. Bajo esta premisa, se consideraba que la arquitectura cerebral se consolidaba en la infancia y permanecía estática a lo largo de la vida adulta, sin posibilidad significativa de regeneración neuronal. Esta idea moldeó tanto la investigación científica como las estrategias terapéuticas para tratar enfermedades neurodegenerativas. Sin embargo, un estudio publicado recientemente en la revista Science por el Instituto Karolinska de Suecia rompe con esa visión estática del cerebro, demostrando que la neurogénesis —la generación de nuevas neuronas— continúa ocurriendo hasta edades avanzadas, al menos hasta los 78 años.
El equipo de investigación sueco ha proporcionado evidencia sólida y altamente detallada de que el hipocampo humano, una estructura cerebral vital para la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional, sigue siendo un entorno neurogénico a lo largo de toda la vida. Esta región ya había sido objeto de múltiples investigaciones que sugerían la persistencia de la neurogénesis en la adultez, pero nunca antes se había logrado identificar de forma concluyente y precisa las células madre responsables de este fenómeno en humanos mayores.
Gracias a un enfoque metodológico sofisticado, los científicos utilizaron técnicas de última generación como la secuenciación de ARN de núcleo único (single-nucleus RNA sequencing, snRNA-seq), citometría de flujo y transcriptómica espacial con resolución de célula única. Estas herramientas permitieron rastrear el desarrollo completo de las nuevas neuronas desde su origen como células madre hasta su estado inmaduro previo a la integración funcional en las redes neuronales. Este nivel de precisión no solo permitió confirmar la existencia de la neurogénesis, sino también ubicar las células progenitoras en una subestructura específica del hipocampo: el giro dentado, una región clave en la consolidación de recuerdos y la flexibilidad cognitiva.
Uno de los descubrimientos más significativos del estudio es la notable variabilidad entre individuos. Mientras que algunos cerebros adultos analizados mostraban una alta densidad de células progenitoras activas, otros apenas presentaban evidencia de neurogénesis. Esta diversidad sugiere que la capacidad regenerativa del cerebro humano está influenciada por múltiples factores, entre ellos la genética, la dieta, el entorno, la actividad física y el estado de salud general. Esta observación abre nuevas líneas de investigación para comprender cómo potenciar esta capacidad en personas con enfermedades neurodegenerativas o trastornos psiquiátricos.
Otro aspecto crucial del estudio fue la comparación con modelos animales. Aunque se ha utilizado tradicionalmente a ratones, cerdos y primates como referencia para estudiar la neurogénesis, los investigadores detectaron diferencias notables en la actividad genética de las células madre humanas. Esto subraya la necesidad de desarrollar modelos experimentales más precisos y representativos para estudiar la fisiología cerebral humana, especialmente en el contexto del envejecimiento y las patologías mentales.
El profesor Jonas Frisén, líder del equipo de investigación y experto en biología celular y molecular del Instituto Karolinska, señaló que este hallazgo representa una pieza clave para entender los mecanismos de adaptación del cerebro a lo largo del tiempo. Según Frisén, esta capacidad de regeneración podría aprovecharse terapéuticamente para desarrollar tratamientos innovadores contra el alzhéimer, la depresión y otros trastornos asociados al deterioro cognitivo.
La comunidad científica ha respondido con entusiasmo a los resultados. Investigadores como María Llorens-Martín, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM) en España, han elogiado el uso de tecnologías avanzadas que han permitido identificar tipos celulares anteriormente inalcanzables. Llorens-Martín destacó la importancia de haber localizado células madre en fase proliferativa, extremadamente escasas y difíciles de distinguir de otras células del sistema nervioso, como las gliales. Estudios anteriores habían fracasado en esta tarea debido a limitaciones técnicas, lo que pone de relieve el impacto metodológico del trabajo sueco.
El estudio fue financiado por instituciones científicas europeas, entre ellas el Consejo Europeo de Investigación (ERC) y la Fundación Knut y Alice Wallenberg, y representa un hito en la comprensión moderna del cerebro humano. Su impacto va más allá del ámbito académico, ya que reconfigura nuestra concepción del envejecimiento cerebral y sugiere que la mente humana posee un potencial regenerativo mucho mayor de lo que se creía.
A la luz de estos descubrimientos, el envejecimiento deja de ser un proceso exclusivamente degenerativo para convertirse también en un terreno de renovación y adaptación. El cerebro, lejos de ser una estructura rígida condenada a la decadencia, se revela como un órgano dinámico, capaz de reinventarse a nivel celular incluso en la vejez. Esta nueva perspectiva no solo ofrece esperanza para millones de personas afectadas por trastornos neurológicos, sino que también plantea un cambio de paradigma en las políticas de salud, el diseño de intervenciones cognitivas y la promoción del bienestar cerebral a lo largo de toda la vida.
El mensaje es claro: nunca es tarde para que el cerebro aprenda, se adapte y se regenere. En un mundo donde las enfermedades neurodegenerativas representan uno de los mayores desafíos médicos y sociales, entender y estimular la neurogénesis adulta podría convertirse en una de las estrategias más poderosas para preservar la lucidez, la memoria y la dignidad humana hasta el final de la vida.
---
Fuente del estudio ⬇️
Science.org - "Progenitor cell diversity underlying neurogenesis in the human hippocampus"