Árboles que petrifican el CO₂: el poder de las higueras africanas en la lucha climática

Foto de Dx21/Pixabay

En una remota región del condado de Samburu, Kenia, científicos han documentado una sorprendente capacidad de la naturaleza: algunas especies de higueras africanas tienen la habilidad de capturar el dióxido de carbono (CO₂) del aire y convertirlo en piedra. Este fenómeno, descrito como un proceso de biomineralización, se conoce como la vía oxalato-carbonato. Su hallazgo, presentado en la conferencia Goldschmidt —uno de los encuentros más importantes de geoquímica a nivel mundial— representa una alternativa natural, eficiente y duradera al secuestro de carbono atmosférico.

Este mecanismo no solo promete contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero, sino que también ofrece beneficios directos para la agricultura regenerativa, la restauración de suelos y la resiliencia ecológica en zonas áridas.


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La vía oxalato-carbonato: captura de carbono en forma de piedra

El proceso, identificado por un equipo internacional de investigadores, involucra tres etapas interdependientes:

1. Captura de CO₂: como cualquier planta, las higueras absorben el dióxido de carbono durante la fotosíntesis.


2. Formación de oxalato cálcico: una parte del carbono se transforma en cristales de oxalato de calcio dentro del árbol.


3. Conversión en carbonato cálcico: microorganismos del suelo descomponen estos cristales y los convierten en carbonato cálcico (CaCO₃), el mismo mineral que forma la tiza o la piedra caliza.



Este carbonato queda almacenado en el suelo o incluso en la estructura interna del árbol, atrapando el carbono de forma inorgánica y muy estable. A diferencia del carbono orgánico, que puede liberarse fácilmente por descomposición o combustión, este tipo de almacenamiento es casi permanente, y puede durar siglos sin liberarse a la atmósfera.


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Ficus wakefieldii: una higuera con potencial climático

Entre las especies evaluadas, Ficus wakefieldii demostró ser la más eficiente en esta forma de mineralización. En esta higuera africana, los investigadores hallaron depósitos de carbonato cálcico tanto en la corteza como en la madera interna, lo que sugiere una absorción más profunda y sostenida del CO₂.

A diferencia de otros árboles conocidos por capturar carbono, la Ficus wakefieldii también produce frutos comestibles. Esto la convierte en una candidata ideal para proyectos de agroforestería sostenible, en los que se integran funciones ecológicas y productivas sin sacrificar la seguridad alimentaria.


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Impacto en el suelo y el ecosistema

El proceso de biomineralización no solo actúa como sumidero de carbono, sino que también mejora la calidad del suelo:

Aumento del pH: el carbonato cálcico eleva la alcalinidad del suelo, corrigiendo la acidez que limita el crecimiento vegetal.

Liberación de nutrientes: al mejorar la estructura química del suelo, se facilita la disponibilidad de minerales esenciales.

Fomento de biodiversidad vegetal: un suelo más fértil y estable permite el desarrollo de otras especies, regenerando ecosistemas deteriorados.

Producción alimentaria: las higueras biomineralizantes ofrecen frutas comestibles, reforzando la seguridad alimentaria en zonas vulnerables.


Estos beneficios convierten a este tipo de árboles en una herramienta versátil para restaurar tierras degradadas, especialmente en contextos afectados por la desertificación o el agotamiento de nutrientes agrícolas.


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Un nuevo paradigma agroforestal

La investigación, respaldada por instituciones de Kenia, Suiza, Austria y Estados Unidos, está en expansión. Los científicos buscan cuantificar con precisión la capacidad total de secuestro de carbono, evaluar el rendimiento hídrico y frutal de estas especies y establecer modelos agroforestales replicables para distintos entornos.

Lo innovador del hallazgo no radica solo en el proceso en sí, sino en el hecho de que un árbol frutal presente esta capacidad. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones sobre la vía oxalato-carbonato se habían centrado en especies no comestibles. Este nuevo enfoque plantea una sinergia entre producción agrícola y captura climática, compatible con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.


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Naturaleza como aliada climática

En un contexto global donde se buscan tecnologías limpias, sostenibles y escalables para reducir el CO₂ atmosférico, la biomineralización natural aparece como una solución silenciosa pero poderosa. Árboles como la Ficus wakefieldii no requieren energía externa, no generan residuos, no dependen de tecnologías complejas y, sin embargo, logran lo que muchos mecanismos industriales aún no consiguen de forma estable: atrapar el carbono y transformarlo en piedra.

El futuro de esta línea de investigación se orienta a descubrir más especies frutales con capacidades similares, promover su uso en la reforestación productiva y adaptar estos sistemas a condiciones climáticas diversas. En última instancia, se trata de dejar que la naturaleza misma, con millones de años de sabiduría evolutiva, muestre el camino hacia un planeta más equilibrado.


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Fuente ⬇️ 
Conferencia Goldschmidt 2025 – Paper 26094

https://conf.goldschmidt.info/goldschmidt/2025/meetingapp.cgi/Paper/26094


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