El telescopio James Webb y la complejidad del universo primitivo: una revisión de los primeros mil millones de años cósmicos

Fuente arXiv

El lanzamiento del telescopio espacial James Webb (JWST) en diciembre de 2021 y su puesta en operación en 2022 marcaron un hito sin precedentes en la exploración astronómica. Dotado de la mayor capacidad de observación infrarroja jamás desplegada en el espacio, el JWST ha permitido observar con un detalle sin precedentes la etapa inicial del universo, correspondiente a los primeros mil millones de años tras el Big Bang.

Los resultados obtenidos han sorprendido a la comunidad científica: galaxias masivas, cúmulos estelares densos, polvo interestelar y agujeros negros supermasivos aparecen en épocas en las que, de acuerdo con los modelos cosmológicos estándar, no deberían existir. Estas evidencias obligan a revisar los marcos teóricos actuales sobre la formación y evolución temprana de las estructuras cósmicas.

Las primeras galaxias y el desafío a los modelos jerárquicos

Un estudio reciente desarrollado en el marco del programa JADES (JWST Advanced Deep Extragalactic Survey), publicado en Nature Astronomy, reporta la detección de al menos 717 galaxias con corrimientos al rojo z ≥ 6, es decir, formadas cuando el universo tenía menos de 1.000 millones de años.

A diferencia de las observaciones obtenidas con el Hubble y otros instrumentos, que mostraban simples manchas luminosas en el cielo profundo, las imágenes del JWST revelan estructuras bien definidas, con cúmulos internos, regiones activas de formación estelar y presencia significativa de polvo.

Lo desconcertante es la madurez estructural de estas galaxias. Varias de ellas presentan luminosidades, masas y niveles de organización que exceden lo previsto por los modelos de evolución jerárquica, según los cuales las galaxias se formarían de manera lenta y progresiva a partir de la fusión de pequeñas protoestructuras. En contraste, las observaciones sugieren una formación estelar extremadamente eficiente y acelerada.

Polvo cósmico en un universo temprano

El hallazgo de polvo interestelar en galaxias con z ≥ 10 constituye uno de los resultados más disruptivos. Considerando que este material se origina en el interior de estrellas masivas tras sus procesos de muerte (supernovas o vientos estelares), su presencia a tan solo 400-500 millones de años después del Big Bang implica que el universo atravesó ciclos de formación y destrucción estelar a un ritmo mucho más rápido de lo anticipado.

Esto abre interrogantes sobre la naturaleza de las estrellas de Población III, consideradas las primeras en formarse, compuestas únicamente por hidrógeno y helio. Se hipotetiza que dichas estrellas fueron muy masivas y de vida corta, capaces de enriquecer rápidamente el medio interestelar con oxígeno, carbono y silicio. La abundancia temprana de estos elementos cuestiona la idea de un prolongado periodo de evolución química lenta.

Agujeros negros supermasivos en la infancia del cosmos

El JWST también ha revelado indicios de núcleos galácticos activos (AGN) en épocas muy tempranas. Estos AGN parecen estar alimentados por agujeros negros supermasivos de millones de masas solares, cuya existencia resulta incompatible con los modelos convencionales de acreción, que predicen un crecimiento gradual a partir de semillas estelares relativamente pequeñas.

Para explicar este fenómeno, se han propuesto nuevas hipótesis:

La formación de semillas de agujeros negros más masivas de lo considerado hasta ahora.

El colapso directo de cúmulos estelares en agujeros negros, sin necesidad de pasar por etapas intermedias.

Procesos de acreción más rápidos y eficientes en un universo denso y dinámico.

El mapa espectral y la reionización cósmica

Más allá de las imágenes, el JWST proporciona un análisis espectral de la luz proveniente de estas estructuras. Este enfoque ha permitido detectar la presencia de metales en galaxias de apenas 600 millones de años, lo que demuestra que el universo ya estaba químicamente enriquecido en fases tempranas.

Asimismo, se han identificado líneas intensas de emisión Lyman-alfa, asociadas con burbujas de reionización. Estas observaciones resultan fundamentales para reconstruir la cronología del proceso de reionización cósmica, el periodo en que el gas intergaláctico pasó de ser opaco a transparente, permitiendo que la luz viajara libremente por el cosmos.

Implicaciones para la cosmología actual

Los resultados del JWST no refutan la cosmología estándar basada en el modelo ΛCDM (materia oscura fría y energía oscura), pero sí ponen de manifiesto lagunas importantes en nuestra comprensión de los procesos iniciales.

Los hallazgos indican que el universo temprano fue más dinámico, complejo y violento de lo que preveían los marcos teóricos. La rápida aparición de galaxias maduras, la existencia de polvo interestelar y la presencia de agujeros negros supermasivos obligan a reconsiderar tanto los mecanismos de formación galáctica como la cronología de los procesos químicos y gravitacionales que estructuraron el cosmos.


El telescopio James Webb ha abierto una nueva era en la observación del universo primitivo. Cada dato obtenido revela un escenario mucho más acelerado y sofisticado de lo previsto: galaxias organizadas cuando apenas debería haber protoestructuras, elementos químicos pesados en un universo joven y agujeros negros supermasivos formados en tiempos récord.

Lejos de cerrar debates, estas evidencias impulsan nuevas preguntas fundamentales:

¿Qué mecanismos favorecieron una evolución tan rápida?

¿Cómo se formaron y destruyeron las primeras estrellas de Población III?

¿Cuál fue el origen real de los agujeros negros supermasivos?


El JWST, con futuras observaciones de mayor alcance y precisión, será clave para responderlas. Lo que está claro es que los primeros mil millones de años cósmicos fueron un laboratorio de complejidad y creatividad, capaz de generar en poco tiempo las estructuras que darían origen al universo observable actual.

Referencia ⬇️ 
JADES Collaboration, Nature Astronomy (2025). https://www.nature.com/articles/s41550-025-02624-5


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