Russula lapponica: El hongo del norte de Europa que huele a pescado y revela los secretos de los bosques

Foto de Adege/Pixabay

En los fríos y húmedos bosques del norte de Europa, un descubrimiento reciente ha capturado la atención de micólogos y ecologistas por igual: Russula lapponica, un hongo que desafía las expectativas con su inusual aroma a pescado fresco. Aunque su apariencia pueda parecer común, su distintivo olor lo convierte en una rareza biológica.  

Este hallazgo, realizado por científicos del Real Jardín Botánico de Kew en colaboración con investigadores internacionales, no solo amplía nuestro conocimiento sobre la biodiversidad fúngica, sino que también subraya la importancia de los hongos en los ecosistemas forestales.  

Un descubrimiento sorprendente en la hojarasca 

La Russula lapponica fue identificada en los bosques de Suecia, Noruega y Estonia, donde crece oculta entre la hojarasca y la vegetación. A simple vista, su forma y coloración no llaman especialmente la atención, pero basta acercarse para percibir su fuerte fragancia marina, algo inusual en el reino de los hongos.  

Mediante análisis genéticos avanzados, los investigadores confirmaron que se trataba de una especie desconocida hasta ahora. Este método ha revolucionado la taxonomía fúngica, permitiendo diferenciar especies que, morfológicamente, podrían parecer idénticas.  

El papel ecológico de Russula lapponica

Más allá de su peculiar aroma, este hongo desempeña un rol crucial en los bosques boreales. Como muchas especies del género Russula, establece una relación simbiótica con las raíces de los árboles, formando micorrizas. Esta asociación permite un intercambio de nutrientes: el hongo ayuda al árbol a absorber agua y minerales, mientras que recibe azúcares producidos por la fotosíntesis.  

Este mecanismo no solo beneficia a los árboles, sino que también mejora la salud del suelo, promoviendo la biodiversidad y la resistencia del ecosistema ante cambios ambientales.  

Nuevas especies hermanas: La expansión del género Russula

La Russula lapponica no fue el único hallazgo reciente. En las Montañas Rocosas de Estados Unidos, los científicos identificaron a Russula neopascua, mientras que en el Pacífico noroeste y la Columbia Británica se descubrió Russula olympiana. Todas comparten características genéticas únicas y un papel ecológico similar, reforzando la idea de que los hongos micorrícicos son fundamentales para la salud de los bosques templados y boreales.  

2024: Un año de descubrimientos botánicos y micológicos

El hallazgo de estas especies forma parte de una oleada global de nuevos descubrimientos. Solo en 2024, los investigadores del Real Jardín Botánico de Kew han identificado 149 nuevas plantas y 23 hongos en distintas partes del mundo. Entre ellos destacan:  

- Una palmera "fantasma" en Borneo, casi invisible entre la densa vegetación.  
- Plantas no fotosintéticas en Camerún, que obtienen nutrientes de otros organismos.  
- Orquídeas en peligro crítico de extinción en Indonesia, amenazadas por la deforestación.  

Estos hallazgos son un recordatorio de la inmensa biodiversidad que aún desconocemos, pero también de su fragilidad. Muchas de estas especies podrían desaparecer antes de ser estudiadas en profundidad, llevándose consigo secretos que podrían ser clave para la ciencia, la medicina o la ecología.  

La urgencia de proteger lo desconocido 

El mensaje es claro: la biodiversidad está en riesgo. La deforestación, el cambio climático y la expansión humana amenazan ecosistemas que albergan especies aún no descubiertas. Si no actuamos, podríamos perder organismos con propiedades medicinales, funciones ecológicas únicas o adaptaciones sorprendentes.  

La Russula lapponica y sus parientes recién descubiertas son solo una pequeña muestra de lo que el mundo natural aún tiene por revelar. Su existencia nos recuerda que, en la carrera por conservar la naturaleza, el tiempo es un recurso que se agota.  

Fuente Kew's Top 10 New Species of 2024 | Kew
https://share.google/fJZQhseKOjpTbwGNF

Entradas populares