Captan por Primera Vez a un Extraño Tipo de Calamar Gigante "Caminando" sobre el Fondo del Océano
MagnapinnaUniversidad de Australia Occidental
En las profundidades abisales del océano, donde la luz del sol nunca llega y las condiciones son extremas, los científicos han logrado documentar un comportamiento nunca antes visto en uno de los cefalópodos más misteriosos del planeta: el calamar Bigfin (Magnapinna sp.). Este enigmático animal, conocido por sus larguísimos tentáculos y su apariencia casi alienígena, fue filmado "caminando" sobre el lecho marino en la Fosa de Tonga, a más de 3.300 metros de profundidad.
El hallazgo, realizado por un equipo de investigadores durante una expedición en aguas del Pacífico Sur, ha dejado perplejos a los expertos en vida marina. No solo porque avistar un Bigfin es un evento extremadamente raro —solo se han registrado un puñado de avistamientos confirmados en todo el mundo—, sino porque su peculiar modo de locomoción desafía lo que se sabe sobre el comportamiento de los calamares de aguas profundas.
El Misterioso Calamar Bigfin: Un Fantasma de las Profundidades
Los calamares Bigfin pertenecen al género Magnapinna, un grupo de cefalópodos que se distingue por sus aletas grandes y sus tentáculos extremadamente largos y delgados, que pueden superar varias veces la longitud de su cuerpo. Hasta ahora, la mayoría de los avistamientos de estas criaturas habían sido en aguas medias, donde flotan de manera casi fantasmal, con sus tentáculos extendidos en una postura que recuerda a los cables de un globo aerostático.
Sin embargo, esta nueva observación revela un comportamiento totalmente inesperado: el calamar fue captado moviéndose a lo largo del fondo marino, utilizando sus delicados tentáculos como si fueran patas, en un movimiento que los investigadores han comparado con "caminar". Este descubrimiento sugiere que los *Bigfin* podrían tener una mayor interacción con el sustrato oceánico de lo que se pensaba, posiblemente en busca de alimento o refugio.
La Expedición en la Fosa de Tonga: Tecnología y Perseverancia
La Fosa de Tonga, una de las zonas más profundas y menos exploradas del planeta, fue el escenario de este extraordinario encuentro. El equipo de investigación utilizó vehículos operados remotamente (ROV, por sus siglas en inglés) equipados con cámaras de alta definición y sistemas de iluminación especializados para penetrar la oscuridad abisal.
El momento en que el Bigfin aparece en el lecho marino, desplazándose con movimientos lentos y deliberados, fue registrado en video, proporcionando a los científicos un material invaluable para estudiar su biomecánica y ecología. Según los expertos, esta forma de locomoción podría ser una adaptación única para navegar en un entorno donde la presión es aplastante y los recursos son escasos.
Implicaciones Científicas y Nuevas Preguntas
Este descubrimiento no solo amplía el conocimiento sobre los *Bigfin*, sino que también plantea nuevas interrogantes:
- ¿Es común este comportamiento o se trata de una estrategia ocasional?
- ¿Qué ventajas evolutivas ofrece "caminar" en lugar de nadar en las profundidades?
- ¿Podrían otros cefalópodos de aguas profundas exhibir comportamientos similares?
Los científicos esperan que futuras expediciones puedan arrojar más luz sobre estos fascinantes animales. Mientras tanto, el video del calamar Bigfin "caminando" en el fondo del océano se convierte en un testimonio más de lo mucho que aún desconocemos sobre las criaturas que habitan las profundidades marinas.
El océano profundo sigue siendo una de las últimas fronteras inexploradas de la Tierra, y cada nueva expedición tiene el potencial de revelar especies y comportamientos que desafían nuestra comprensión de la vida. El avistamiento de este calamar Bigfin "caminando" es un recordatorio de que, incluso en el siglo XXI, el mar guarda secretos que esperan ser descubiertos.
Para los biólogos marinos y los amantes de la vida abisal, este hallazgo no es solo una curiosidad científica, sino una ventana a un mundo donde la adaptación y la supervivencia toman formas que ni siquiera habíamos imaginado.