Xenoparidad en hormigas: un fenómeno reproductivo que redefine los límites de la biología
Fotografía de Detroitius/Pixabay
La biología evolutiva ha demostrado en múltiples ocasiones que los mecanismos de la vida son más diversos y complejos de lo que la teoría predice. Sin embargo, ciertos descubrimientos trascienden lo esperado y obligan a replantear conceptos fundamentales como especie, reproducción o identidad genética. En este contexto, un hallazgo reciente publicado en Nature describe el primer caso documentado de xenoparidad, un mecanismo reproductivo sin precedentes observado en hormigas del género Messor.
Este fenómeno, identificado por un equipo encabezado por Jonathan Romiguier en la Universidad de Montpellier, revela que la hormiga reina Messor ibericus puede generar machos clónicos de otra especie, Messor structor, dentro de su propio cuerpo. Este proceso plantea interrogantes profundos sobre los límites de la reproducción interespecífica, la dependencia evolutiva y la estabilidad genética de las poblaciones.
Xenoparidad: definición y descripción del fenómeno
La xenoparidad, término acuñado a partir del griego xeno- (extraño, ajeno) y parous (dar a luz), designa un mecanismo mediante el cual un organismo es capaz de producir descendencia genética perteneciente a otra especie.
En el caso de Messor ibericus, las reinas almacenan esperma de machos de Messor structor en un órgano especializado denominado espermateca. No obstante, en lugar de fecundar sus propios óvulos de manera convencional, las reinas eliminan su propio material genético del huevo, permitiendo que el ADN del esperma sea el único que se exprese. El resultado es un clon perfecto de un macho de Messor structor, nacido y gestado dentro del cuerpo de una reina ajena.
La comprobación genética de este proceso se verificó al constatar que los machos producidos conservan el ADN mitocondrial materno, evidencia inequívoca de que su desarrollo tuvo lugar en el organismo de Messor ibericus.
Funcionalidad evolutiva y dependencia interespecífica
La razón adaptativa de este mecanismo reside en la necesidad de producir obreras, individuos esenciales para el mantenimiento de la colonia. En condiciones normales, una reina de Messor ibericus que se aparea solo con machos de su propia especie genera exclusivamente nuevas reinas, sin obreras que aseguren la supervivencia del nido.
Por ello, la evolución ha forjado una estrategia radical: la reina produce por sí misma a los machos de Messor structor necesarios para el cruzamiento que origina obreras. De este modo, la colonia se mantiene funcional gracias a una dependencia reproductiva obligada entre dos especies distintas.
Este vínculo ha sido descrito por Romiguier y colaboradores como una forma de dependencia sexual obligada, donde:
Messor ibericus requiere de Messor structor para producir obreras.
Los machos clonados de Messor structor dependen de las reinas de Messor ibericus para reproducirse.
La relación, por tanto, se asemeja a un proceso de domesticación evolutiva, en el que una especie controla y reproduce artificialmente a otra con fines adaptativos.
Costes genéticos de la clonación
Si bien la xenoparidad permite la supervivencia de las colonias, no está exenta de riesgos. La clonación de machos elimina la recombinación genética, un proceso esencial para la purga de mutaciones deletéreas en poblaciones naturales. Como consecuencia, los machos clonados acumulan mutaciones perjudiciales que no pueden eliminarse mediante selección natural, comprometiendo la viabilidad a largo plazo de esta estrategia reproductiva.
Pese a ello, el sistema ha demostrado una eficacia sorprendente. Colonias híbridas se han expandido con éxito en Europa, incluyendo regiones donde Messor structor nunca estuvo presente, como Sicilia. Este fenómeno sugiere que la xenoparidad no solo garantiza la supervivencia, sino que también facilita la colonización de nuevos territorios.
Implicaciones evolutivas y redefinición del concepto de especie
Uno de los aspectos más desconcertantes del hallazgo es la distancia evolutiva entre ambas especies, que divergieron hace más de cinco millones de años, un intervalo equivalente al que separa a los humanos de los chimpancés.
El hecho de que una especie pueda producir individuos viables de otra dentro de su propio cuerpo desafía las nociones clásicas de lo que constituye una especie biológica. Tradicionalmente, el concepto de especie se fundamenta en la incapacidad de producir descendencia fértil entre linajes divergentes. Sin embargo, la xenoparidad evidencia que los límites entre especies pueden ser permeables y que, bajo presión evolutiva, emergen soluciones que transgreden estas definiciones.
El descubrimiento de la xenoparidad en Messor ibericus y Messor structor constituye un hito en biología evolutiva y genética reproductiva. Este mecanismo no solo garantiza la supervivencia de las colonias híbridas, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre la naturaleza de las especies, los límites de la reproducción y la plasticidad de los sistemas biológicos.
Aunque la acumulación de mutaciones deletéreas podría amenazar la estabilidad del sistema a largo plazo, la eficacia inmediata de la xenoparidad demuestra que la evolución puede generar soluciones inesperadas y radicales frente a desafíos de supervivencia.
En última instancia, este hallazgo obliga a reconsiderar los marcos conceptuales con los que clasificamos y entendemos la vida, reafirmando que la biología no responde a leyes rígidas, sino a una dinámica constante de adaptación e innovación.
Referencias ⬇️
Romiguier, J. et al. (2025). Nature. DOI:
Science.org. “Ant queen lays eggs that hatch into two species.” Disponible en: https://www.science.org/content/article/ant-queen-lays-eggs-hatch-two-species