Uñas en los Pulgares: Un Pilar Evolutivo en el Éxito Global de los Roedores
Fotografía Alexa_Fotos/Pixabay
La biología evolutiva continúa revelando que los grandes hitos de la diversificación de los mamíferos no siempre se explican por transformaciones espectaculares, sino por innovaciones anatómicas aparentemente discretas que, con el tiempo, modifican el destino de linajes completos. Uno de los ejemplos más recientes de esta dinámica procede del estudio de los roedores, el grupo de mamíferos más abundante y diverso del planeta, responsables de más del 40 % de las especies de mamíferos conocidas.
Un artículo publicado en Science el 4 de septiembre de 2025 presenta la evidencia más sólida hasta la fecha de que la presencia de uñas planas en los pulgares —un rasgo históricamente asociado a los primates— fue decisiva para el éxito evolutivo y la expansión global de estos animales. El trabajo estuvo liderado por Rafaela Missagia (Universidad de São Paulo) y Anderson Feijó (Field Museum of Natural History, Chicago), y representa una de las aproximaciones comparativas más exhaustivas sobre la morfología de las extremidades en roedores.
Reconstruyendo el pasado a partir de los museos
La investigación se basó en el análisis anatómico de más de 430 géneros de roedores, utilizando especímenes preservados en instituciones de referencia como el Field Museum y el Natural History Museum de Londres. Los investigadores examinaron minuciosamente los pulgares de miles de ejemplares, apoyándose en microscopía, reconstrucciones digitales y correlaciones con registros fósiles del Eoceno (hace 50 millones de años).
El resultado fue inequívoco: en alrededor del 86 % de los géneros estudiados, el pulgar presentaba una uña plana, mientras que el resto de los dedos mantenía garras curvas. Este patrón no era aleatorio, sino un diseño funcional que otorgaba a los roedores destreza manipulativa sin sacrificar su capacidad para cavar, trepar o defenderse.
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Funcionalidad dual: precisión y fuerza en un mismo miembro
El hallazgo sugiere que los roedores desarrollaron una estrategia morfológica híbrida, combinando:
Uña plana en el pulgar: optimizada para tareas de precisión, como sujetar semillas, pelar frutos o manipular materiales en la construcción de nidos.
Garras en los demás dedos: fundamentales para excavar madrigueras, trepar troncos y resistir embates defensivos en su entorno.
Esta dualidad habría incrementado de manera sustancial su nicho ecológico, permitiéndoles explotar recursos que otros mamíferos no podían aprovechar. El acceso a frutos secos y semillas, ricos en energía, pudo representar un factor crítico para su supervivencia y dispersión durante periodos de cambio climático en el Paleógeno.
Más allá de los primates: evolución convergente
El estudio cuestiona una de las ideas más consolidadas en antropología biológica: que las uñas planas eran exclusivas de los primates. En realidad, el caso de los roedores es un ejemplo claro de evolución convergente, donde linajes independientes llegan a soluciones similares para enfrentar presiones selectivas análogas.
Ambos grupos —primates y roedores— muestran que las uñas se asocian a modos de vida más complejos y tridimensionales, como la vida arbórea, la exploración táctil del entorno y la manipulación de objetos. Esta coincidencia sugiere que la transición de garras a uñas podría ser un paso recurrente en la evolución de mamíferos que desarrollan comportamientos finos de manipulación.
Correlación con el hábitat
Los investigadores también hallaron un patrón ecológico claro:
Roedores con uñas en los pulgares: habitan preferentemente ecosistemas arbóreos o semi-arbóreos, donde la capacidad de sujetar y trepar con precisión ofrece ventajas selectivas. Ejemplo: la ardilla voladora Ezo (Pteromys momonga), que combina garras afiladas y uñas planas para desplazarse en el dosel forestal y manipular alimento.
Roedores sin pulgar o con garras exclusivas: como las capibaras y los cobayas, están adaptados a hábitats terrestres o subterráneos, donde la manipulación manual pierde relevancia frente a la alimentación por pastoreo o la excavación intensiva.
Esta diversidad morfológica no solo documenta un mosaico adaptativo, sino que también permite reconstruir las trayectorias evolutivas de cada linaje con mayor precisión.
Importancia de las colecciones científicas
Paula Jenkins, coautora y conservadora de mamíferos del Natural History Museum de Londres, destacó el papel crucial de las colecciones zoológicas como archivos evolutivos. Sin este acervo de especímenes, muchos de ellos recolectados hace más de un siglo, sería imposible detectar patrones de evolución morfológica tan sutiles pero determinantes.
Además de los ejemplares físicos, el equipo complementó su análisis con registros de bases de datos como iNaturalist, observaciones de campo, artículos científicos y material audiovisual, generando uno de los estudios más completos sobre la anatomía funcional de las extremidades en roedores.
El descubrimiento de uñas planas en los pulgares de los roedores constituye un hito para la biología evolutiva. Más allá de ampliar nuestro conocimiento sobre este grupo, el hallazgo redefine la comprensión de la relación entre morfología y comportamiento en los mamíferos y aporta evidencia de que la destreza manual no es una característica exclusiva de los primates.
La investigación no solo resalta la importancia de estudiar rasgos aparentemente menores, sino que también muestra cómo estas innovaciones pueden cambiar el curso de la evolución y explicar el éxito ecológico de un grupo que hoy domina gran parte de los ecosistemas del planeta.
Referencia ⬇️
Missagia, R. et al. (2025). Thumb Nails in Rodents: An Overlooked Trait and Its Role in Mammalian Evolution. Science. DOI: 10.1126/science.ads7926