El motor de Carnot estocástico: hacia la eficiencia total en sistemas microscópicos

Ilustración de TheDigitalArtist/Pixabay

Desde la formulación de las leyes de la termodinámica en el siglo XIX, la física ha considerado inquebrantables los límites de conversión de energía en trabajo útil. En particular, el principio de Carnot establece que ningún motor térmico puede alcanzar una eficiencia del 100%, dado que siempre existirán pérdidas asociadas a la irreversibilidad de los procesos y a la disipación energética. Este marco conceptual ha delimitado durante más de dos siglos los alcances de la ingeniería y la termodinámica clásica.

Recientemente, un equipo de investigadores ha reportado la creación de un sistema experimental que, bajo condiciones controladas y a escala microscópica, logra una eficiencia del 100%. El dispositivo, denominado “Gambling Carnot Engine”, no desafía la validez de la segunda ley de la termodinámica, sino que explota fenómenos estocásticos y principios de la termodinámica de la información para redefinir la manera en que los procesos energéticos pueden entenderse en dimensiones nanoscópicas.

Principios termodinámicos y el límite de Carnot

El límite de Carnot establece que la eficiencia máxima de un motor depende exclusivamente de las temperaturas de sus focos caliente y frío. Ningún motor real puede superar este valor, dado que cualquier proceso macroscópico conlleva pérdidas inevitables por fricción, disipación y entropía.

Sin embargo, este principio se formuló para sistemas macroscópicos. En escalas microscópicas, donde las fluctuaciones térmicas y el movimiento browniano dominan el comportamiento de la materia, emergen escenarios donde la información y el azar se convierten en recursos aprovechables para la extracción de trabajo.

El Gambling Carnot Engine: diseño y funcionamiento

El dispositivo desarrollado se basa en una partícula plástica microscópica suspendida en agua y atrapada mediante pinzas ópticas generadas por rayos láser. A diferencia de los motores convencionales (vapor, combustibles o pistones), el sistema no depende de gradientes macroscópicos de temperatura o presión, sino de las fluctuaciones aleatorias inherentes al entorno térmico.

El motor incorpora un sistema de retroalimentación en tiempo real que registra la posición de la partícula con gran precisión. Cuando la partícula cruza el centro de la trampa óptica antes de un intervalo límite, el ciclo termodinámico progresa automáticamente a la siguiente fase, maximizando el aprovechamiento energético.

Este procedimiento se asemeja al comportamiento de un jugador de blackjack, que decide estratégicamente cuándo actuar en función del azar y del estado del juego. Así, el motor implementa un mecanismo inspirado en la figura del “demonio de Maxwell”, transformando información en trabajo útil sin violar la segunda ley de la termodinámica.

Implicaciones termodinámicas e informacionales

En condiciones ideales y bajo ciclos suficientemente lentos, el Gambling Carnot Engine convierte toda la energía absorbida en trabajo, alcanzando el 100% de eficiencia térmica. No obstante, este resultado depende de la definición del sistema:

Si se considera únicamente el proceso térmico de la partícula, la eficiencia alcanza el 100%.

Si se incorpora el costo energético del procesamiento y borrado de la información utilizada para el control, el balance global regresa dentro de los límites tradicionales de Carnot.


Este hecho conecta directamente con la termodinámica de la información y con el principio de Landauer, según el cual el borrado de información en un sistema físico tiene un costo energético mínimo inevitable.

Aplicaciones potenciales en nanotecnología

Aunque el hallazgo no es aplicable a motores macroscópicos, abre una nueva frontera en el desarrollo de dispositivos a escala nanométrica. Entre sus aplicaciones más prometedoras se incluyen:

Nanomáquinas biomédicas: sistemas capaces de operar dentro del organismo humano con un consumo energético extremadamente bajo.

Sensores cuánticos de alta eficiencia: dispositivos de detección que aprovechen fluctuaciones térmicas para obtener información en entornos complejos.

Tecnología de laboratorio molecular: reducción de costes energéticos en experimentos que dependan de la manipulación de partículas microscópicas.


El desafío principal reside en desarrollar sistemas de control capaces de realizar más de 100.000 mediciones por segundo, condición necesaria para sostener la estrategia óptima en tiempo real.

Más allá de Carnot: una nueva visión de la termodinámica

El Gambling Carnot Engine no invalida la física clásica, pero sí redefine los horizontes de aplicación de la termodinámica. Constituye un ejemplo tangible de cómo la información puede integrarse como recurso físico en procesos energéticos, abriendo un campo de investigación interdisciplinario que conecta termodinámica, teoría de la información y nanociencia.

Este avance constituye una prueba de concepto con implicaciones de gran alcance: el diseño de una futura generación de máquinas moleculares y bioinspiradas capaces de convertir el desorden inherente del universo microscópico en energía útil.

El desarrollo del Gambling Carnot Engine representa un hito en la termodinámica moderna. Al situarse en la intersección entre física estadística, nanotecnología y teoría de la información, este dispositivo redefine la forma en que entendemos los límites de la eficiencia energética.

Aunque sus aplicaciones prácticas se restringen de momento al ámbito de la nanociencia, los resultados sugieren que la manipulación del azar y de las fluctuaciones microscópicas puede convertirse en una herramienta clave para la ingeniería del futuro. En este sentido, más que refutar la segunda ley de la termodinámica, este motor experimental amplía el horizonte de lo posible en un campo donde la física clásica parecía no dejar espacio a la innovación.

Referencia: Physical Review Letters. ⬇️

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