De Bentónicos a Pelágicos: La Transformación Evolutiva de los Tiburones a lo Largo de 200 Millones de Años
Ilustración de HUNGQUACH679PNG/Pixabay
El linaje de los tiburones constituye uno de los ejemplos más notables de persistencia evolutiva en la historia de la vida marina. Con más de 400 millones de años de antigüedad, los condrictios han sobrevivido a múltiples extinciones masivas y transformaciones planetarias, manteniendo una diversidad que hoy supera las 500 especies. Sin embargo, investigaciones recientes revelan que durante casi 200 millones de años estos animales no fueron los dominadores de mar abierto que suelen representar el imaginario colectivo. En cambio, vivieron adheridos al lecho marino, con cuerpos aplanados y estrategias de caza basadas en el sigilo y la emboscada.
Un estudio reciente publicado en la revista Ecology and Evolution, liderado por Joel Gayford y un equipo internacional de investigadores, reconstruyó la historia evolutiva de los tiburones mediante un análisis filogenético de más de 450 especies vivientes. Los resultados muestran que la transición desde formas bentónicas hasta morfologías pelágicas ocurrió de manera convergente en al menos cuatro ocasiones independientes, marcando un hito fundamental en la reorganización ecológica de los mares.
Morfología y Estilo de Vida de los Tiburones Primitivos
Los primeros tiburones presentaban una anatomía optimizada para la vida bentónica:
Cuerpos dorsoventralmente aplanados, que facilitaban su camuflaje en fondos arenosos y lodosos.
Colas heterocercales asimétricas, que favorecían movimientos rápidos de escape pero no una locomoción sostenida.
Comportamientos de emboscada, en los que permanecían parcialmente ocultos a la espera de presas bentónicas.
Este conjunto de rasgos sugiere que los tiburones ocuparon inicialmente nichos ecológicos discretos, con baja movilidad y limitada interacción con la columna de agua pelágica.
La “Revolución del Cuerpo Profundo”
La transición hacia formas pelágicas supuso una verdadera innovación anatómica y funcional. El desarrollo de un cuerpo fusiforme, con mayor simetría caudal y aletas dorsales adelantadas, incrementó la eficiencia hidrodinámica y permitió:
Nado más rápido y de mayor alcance.
Expansión del rango trófico hacia presas de aguas abiertas.
Dispersión geográfica más amplia, favoreciendo el intercambio genético entre poblaciones.
Un hallazgo relevante del estudio es que estos cambios morfológicos precedieron al desplazamiento definitivo hacia hábitats pelágicos, lo que sugiere un proceso de preadaptación evolutiva: primero surgió la capacidad locomotora avanzada y luego se explotaron los nuevos ambientes abiertos.
Contexto Paleoambiental y Factores Selectivos
Las transformaciones anatómicas coincidieron con eventos globales ocurridos entre el Jurásico y el Cretácico (200–66 millones de años atrás):
Elevación del nivel del mar, que amplió las plataformas continentales y generó gradientes ecológicos que conectaban el fondo con el océano abierto.
Extinción de ictiosaurios y reptiles marinos, que liberó nichos depredadores en el nivel trófico superior.
Radiación adaptativa de peces actinopterigios, que incrementó la biomasa disponible como recurso alimenticio, aumentando la presión selectiva por estrategias de caza más activas.
Estos cambios actuaron como motores evolutivos, incentivando la diversificación de tiburones con mayor capacidad de desplazamiento y eficiencia predatoria.
Diversidad Evolutiva y Estado Actual
A pesar de que las imágenes mediáticas suelen centrarse en especies pelágicas icónicas como Carcharodon carcharias (tiburón blanco) o Galeocerdo cuvier (tiburón tigre), la mayoría de los tiburones actuales siguen siendo bentónicos o bentopelágicos. Esto revela que la evolución de los tiburones no siguió un trayecto unidireccional hacia el mar abierto, sino que produjo un mosaico de formas corporales y estrategias ecológicas que persisten hasta el presente.
La plasticidad morfológica del grupo ha sido un factor clave para su éxito macroevolutivo, permitiéndoles sobrevivir a cambios climáticos, fluctuaciones en la disponibilidad de presas y eventos de extinción masiva.
Implicaciones para la Ciencia y la Conservación
Comprender la historia evolutiva de los tiburones ofrece información valiosa para la ecología contemporánea y la biología de la conservación. Este conocimiento permite:
Modelar respuestas futuras de las poblaciones ante el cambio climático y la acidificación oceánica.
Identificar especies vulnerables, especialmente aquellas con hábitos bentónicos que podrían ser más sensibles a la degradación de hábitats costeros.
Reforzar programas de conservación, basados en la importancia funcional de los tiburones como reguladores de cadenas tróficas.
La historia de los tiburones es un relato de innovación evolutiva y resiliencia ecológica. Desde sus orígenes bentónicos hasta su papel actual como depredadores ápice, han experimentado múltiples transformaciones que les han permitido conquistar nuevos entornos y mantener su relevancia ecológica a lo largo de cientos de millones de años. Estudiar estas transiciones no solo ilumina el pasado de los ecosistemas marinos, sino que también ofrece herramientas para proyectar su futuro en un escenario de crisis ambiental global.
Referencia ⬇️
Gayford, J. et al. (2025). Repeated convergent evolution of deep-bodied pelagic sharks from benthic ancestors: Phylogenetic and morphological insights. Ecology and Evolution. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ece3.72082